Mi fiesta de cumpleaños




A esta hora yo debería de estar montado en un avión rumbo a México tomándome una champaña pero no es así 😓 las circunstancias del momento hacen que me quede en casa cumpliendo una cuarentena que yo no elegí.

La gordi (Así le digo a mi compañera de vida) de regalo de cumpleaños me tenía una sorpresa y era un viaje a México a conocer diferentes ciudades. Ya tenía varios tour pagos, los hoteles, los carros en los que íbamos a andar ya estaban rentados, las entradas a los parques, ningún detalle se le había escapado para hacer de este viaje un cumpleaños ¡sorprendente! Y digo sorprendente porque todo el año me tuvo engañado.

En primera instancia me dijo que íbamos para San Rafael, a un hotel de esos que salen todos bonitos en el feed de instagram, que por más feo que usted sea, si se toma un foto allí, se le aclara el cabello y las imperfecciones del rostro, esos hoteles le arreglan a uno la estirpe.

Luego me dijo que no, que San Rafael  era muy caro y que íbamos para el desierto de la Tatacoa a un hotel igual de bonito pero el doble de costoso. Y ahí fue cuando no entendí, porque si San Rafael era costoso, porque íbamos para otro peor de caro -Definitivamente a las mujeres no las entiende nadie- Eso pensé.

Y yo comencé a hacer planes sin saber que todo era un engaño. Le dije que iba a invitar a toda mi familia, que me gustaría pasar el cumpleaños con ellos, que cuánto dinero tenía que darle demás para llevarlos a todos, que si nos íbamos en los carros para poder conocer otros pueblo y/o ciudades en el trayecto, mejor dicho, ya tenía todo planeado a pelo de detalles de cómo, qué, con quién y cuándo. Iba a ser el cumpleaños más épico de mi historia. Mi fiesta de cumpleaños iba a estar mejor que una fiesta de Silvio Berlusconi



La verdad me comí el cuento, y hubiera estado engañado todo el tiempo si no fuera por su papá, que un día que estábamos hablando, el señor me dice: Oí, ustedes que van para México, cómo estará eso por allá con el virus. 

Para mí no hay seres más bonitos sobre la faz de la tierra que los papás de uno. Son una bendición. A ellos no solamente les debemos el hecho de que estamos en este mundo, sino que también les debemos todas las metidas de patas que nos han hecho pasar.

Ana (Mi gordi) se puso de todos los colores cuando su papá reveló que íbamos realmente para México y yo me puse de todos los colores al saber días después que las fronteras estaban cerradas, que el vuelo no lo habían cancelado por el tema del Covid-19 y por temas de seguridad y responsabilidad social debíamos de reprogramarlo.

Esta es la hora que aún no sabemos para cuando aplazarlo,no hemos puesto fecha porque aún no sabemos esto cuando termina. De lo único que estoy seguro es que lo celebraremos con las mismas ganas, con el mismo entusiasmo, con la misma gente (por vídeo llamada) pero aún no sabemos dónde. Entre mis opciones está: La sala, el comedor o el jardín de la casa.



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