El Bastardo Peludo

Sé que voy tarde para el trabajo cuando el señor de la panadería de las esquina ya ha vendido todos los buñuelos, cuando a la niña practicante del SENA me la encuentro cruzando la calle que esta a la vuelta de la estación, cuando debería encontrármela cruzando los torniquetes. Sé que es practicante del SENA por la sonrisa color violeta que lleva puesta en su rostro y el vestido "elegante" que parece uniforme de técnica en secretariado gerencial de sala de belleza, que la verdad no sé si existe esa técnica, pero con el SENA la que no exista se la inventan y le ponen nombres así de raros. No es que el vestido lleve el logo del SENA, pero los únicos que van felices a trabajar con esa indumentaria son ellos. Lo importante no es eso, lo importante es que la culpa de que llegue tarde a mi trabajo todos los días no es mía por apagar el despertador después de que suene la primera vez, ni de mi mamá por no levantarme, ni mucho menos de ver RedTube la noche anterior.

https://www.youtube.com/watch?v=ha7nF3h7oGw Mañana es viernes y me siento contento, me encantan los viernes, tanto como me encanta escribir. Amo los viernes porque aún no es sábado, y es que el sábado es aburrido porque al otro día sé que es domingo y no hay nada más absurdo que un domingo por la tarde. A uno le deberían de terminar un viernes, incluso uno debería perder materias o el semestre entero un viernes para que no doliera tanto. Un viernes es como esa cerveza fría después de un día de trabajo en un comercial de Pilsen.  Pero lo único que los viernes no pueden subsanar es la falta de plata, un viernes sin plata es como ir a la ciudad de hierro y solo tener pa carritos chocones , o para explicarles mejor: Un viernes sin plata es más aburridor que ser copiloto de carrito chocón y hablando de temas de dinero no sé que es más deprimente, si depender de un sueldo fijo o ser freelance.  Del asalariado puedo decir que la plata no alcanza para nada, a no ser d

Una amiga que es psicóloga (Melisa) me dijo que mi indecisión debo agradecerla a mis padres que cuando estaba pequeño me saturaron de Juguetes "Es que los padres se tiran en los niños" y es verdad. Pensando seriamente lo que me dijo Meli (mi amiga) ese día, quise hacer un recuento de mi infancia y supe que lo que ella afirmaba era verdad. Yo tuve bicicleta todo terreno y bicicleta de cross (ambas al tiempo), tenía los juguetes habidos y por haber, desde juegos de mesa, hasta carros con pilas, hamburguesas en patinetas, carros de bomberos a control remoto, policía en moto ochentera, en la categoría de vídeo juegos tuve un 1.200, un Family y hasta dos Creation.  Mis padres gastaban tanto dinero en Juguetes sin darse cuenta, que al tiempo invertían en mi falta de toma de decisiones (Mi trauma) y como si fuera poco y para rematar siempre dormí en un camarote de tres puestos, y yo soy hijo único. ¿A qué padres se les ocurre comprarle a su hijo único un camar

Si hay algo en la vida que me resulte difícil es hacer una lista de reproducción, primero porque a la hora de escoger las canciones ninguna me gusta, o en otras ocasiones no me decido y me dan ganas de meterlas todas, incluyendo las que nunca escucho. Tampoco soy un tipo que le guste ir a conciertos, me aterra el tumulto, la algarabía de la gente sudada y ordinariez de las bendecidas con botas peludas, porque eso sí, concierto que se respete viene con grilla boti-peluda incluida o en su defecto la niña con escote tipo gladiador y mirella en su espalda.  Aborrezco los que tiran agua, la que se desmaya en pleno solo del artista o cuando tocan las manos de alguno de los integrantes de la banda en escena. Para muchos ver a su artista favorito en vivo es la panacea. En cambio a mi me gusta disfrutarlo desde la comodidad de mi casa, verlo por televisión, youtube o incluso comprar su disco antes de mamarme una pelea, las capas blancas de plástico cuando llueve y que no t

"No entendí nunca a las personas que lloraban por una pelota, por un color, por un partido... Y hoy entendí a esos apasionados, hoy sentí un dolor diferente... Y lloré, me arrodillé, pedí, insulté... Es un dolor que no se explicar." Sú Rendón. Ayer recordé cuando me sentaba con mi abuelo a ver los partidos de la tricolor, cuando él me decía "Si quiere un gol aprete los puños después de que la Selección Colombia pase después de la mitad de la cancha."  Ayer no solo aprete las manos como me decía mi abuelo, si no que también aprete los labios, se me apretó el pecho y hasta ayer fue la primera vez que imploré una oración por un equipo de fútbol. Desde la selección de fútbol de 1991 no soñábamos, yo hasta había perdido la fe, pero Pékerman y sus muchachos revivieron la fe y la pasión de los colombianos, ustedes nos pusieron a soñar.    "Siempre parece imposible... Hasta que alguien lo hace" Pékerman. Queríamos más, queríamos una semifina

Yo me convierto en figura pública cada vez que mis papás me echan cantaleta y se escucha en todo el edificio.  ¿Qué pensarán los vecinos de mi? O más bien ¿Qué pensarán los nuevos vecinos? Porque los vecinos antigûos, vaya y venga, esos ya le tiene la reputación a uno más curtida poniéndolo a uno como ejemplo frente a los hijos de ellos "Ya quiere ser usted como el muchacho del 309 (Yo), no ve que es un muchacho problema, los papás día y noche se la pasan echándole  cantaleta". Y después de que se gastan toda la reserva de saliva recitando un sermón, finalizan con la frase "Yo no es que quiera molestarlo ni mucho menos, yo es para que no sea como ese des-adaptado". Tendré que confesarles, que este semestre del año aunque me sucedieron cosas muy buenas, no fue el mejor para mi, mi mamá se enfermó, estuvo hospitalizada, renuncie a Bavaria, me orinó un perro, deje la devuelta del billete de $20.000 con el conductor del bus en dos ocasiones, el día de