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Mostrando entradas de agosto, 2014

No respondo

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Nos sorprendemos por todo y por nada. He visto en Facebook y en Instagram por estos días un montón de personas subiendo la foto con la Coca-Cola que lleva su nombre grabado en la etiqueta. Cada uno maneja sus redes sociales a su antojo y verá lo que monta, pero lo que me da rabia es lo campeche que somos. En Europa y Estados Unidos esa estrategia de mercadeo existe hace más de 5 años, es decir, ya está mandada a recoger, para un gringo o un europeo que salga su nombre en la etiqueta es tan poco importante como para nosotros el boletín del consumidor. En cambio nosotros acá hasta botamos lágrima al pensar que realmente somos importantes para Coca-Cola y se inspiraron en nosotros para hacer la bebida cuando ni llegamos a moresco, ni a frutiño de zanahoria. No falta si no que de ahora en adelante el nombre de sus hijos lo dejen en manos de la Coca-Cola y la utilicen los que pertenecen al culto de Maria Luisa Piraquive   en los bautizos en vez del agua bendita. Y

Padres y educación

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Cuando a mi hijo de 9 años de edad le preguntaron ¿Cuál le ha parecido la mejor novia de su papá? y él respondió: Mi mamá, los ojos se me encharcaron de felicidad, porque con esa respuesta me di cuenta que Alejo (mi hijo) a pesar de que dice ser como yo, a pesar de que se siente orgulloso diciéndole a sus amigos que su papá es un artista y que por ende él también lo es, y aunque diga que él es "El bastardo peludo" no va a ser como yo, va a ser mucho mejor y la verdad me alegra. Desde pequeños nuestros padres nos cortan las alas, nos castran, nos frustran, todo es una bendita negación de: no haga, no mire, no hable, siempre nos infunden el miedo como patrón de conducta. Y no es que la escuela ayude mucho. Cuando yo estaba en primaria había que pedir permiso para ir al baño y eso me parecía y aún me parece algo ¡ABSURDO! tan absurdo como ir vestido de campesino el día de la antioqueñidad con esas alpargatas que hacían que a uno le picaran las plantas de los pi

Me les voy para Bogotá

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No hay frase más famosa e hipócrita que aquella que utilizamos cuando nos piden plata prestada "ve, La verdad no tengo ni un peso" es una frase que nos da escalofrío y un sentimiento de vergüenza cuando nos la dicen, y cuando la decimos ponemos cara de drama, con tono de preocupación y no sin antes interponer la onomatopeya ¡JUM! "¡JUM! La verdad no tengo ni un peso" Y como si fuera poco la mentira, aquellos que la dicen para subsanar el hecho de que uno no piense que son unas gonorreas por no querer prestarnos dinero añaden:  "Usted sabe que si yo tuviera de una se los prestaba" Somos egoístas y mentirosos, sabemos que así tengamos para prestar no prestaríamos, no nos gusta. Que nos pidan prestado es una confrontación de uno contra uno. Al que le piden prestado se debate entre ser una gonorrea sin que el otro se lo diga, o que lo llevan en la buena por desembalar al otro con la incertidumbre de que si le pague o no. El que

7 Razones para no ir a misa con camiseta de fútbol

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Una Halls me puede durar un día en el bolsillo antes de que me lo coma, pero una barrita de Halls de 12 unidades me dura menos de media hora, lo mismo me pasa con los Certs, Chiclets y el lonchi pack de Yupi. La foto que ven arriba es una máquina de chicles que tengo en el escritorio de mi oficina, en la semana la he recargado más de cinco veces, quisiera tragármelos de un solo bocado, y no es por hacerle publicidad a Agogó pero ¿Qué sería de nuestra infancia sin esos esos chicles en bolita? cuántos centros comerciales nos recuerdan, cuántas tiendas de barrio y cuántas monedas de cien nos gastamos en esas máquinas donde metías dos monedas, girabas la perilla y por 200 salían como 5 bolitas. Antes de continuar con esta columna quiero decirles que si esperaban las razones para no ir a misa con camiseta de fútbol, el titulo es una farsa, así como la noticia que circula por estos días acerca de que  Paul Walker está vivo, que su muerte fue fingida con fines publicitari