Me les voy para Bogotá

No hay frase más famosa e hipócrita que aquella que utilizamos cuando nos piden plata prestada "ve, La verdad no tengo ni un peso" es una frase que nos da escalofrío y un sentimiento de vergüenza cuando nos la dicen, y cuando la decimos ponemos cara de drama, con tono de preocupación y no sin antes interponer la onomatopeya ¡JUM!

"¡JUM! La verdad no tengo ni un peso"

Y como si fuera poco la mentira, aquellos que la dicen para subsanar el hecho de que uno no piense que son unas gonorreas por no querer prestarnos dinero añaden: 

"Usted sabe que si yo tuviera de una se los prestaba"

Somos egoístas y mentirosos, sabemos que así tengamos para prestar no prestaríamos, no nos gusta. Que nos pidan prestado es una confrontación de uno contra uno.

Al que le piden prestado se debate entre ser una gonorrea sin que el otro se lo diga, o que lo llevan en la buena por desembalar al otro con la incertidumbre de que si le pague o no.

El que pide prestado se debate entre la vergüenza absoluta y ser un conchudo (Sin que el otro se lo diga), eso sin contar que pedir prestado es un abuso de confianza.

No conozco la primera personas que preste de corazón y sin miedo a que no le paguen. Es más, yo soy de esos que si aún tuviera no prestaría, pero no prestaría no por amarrado, ni por aferrado al dinero, eso del miedo a que no me paguen lo perdí cuando trabajé para una compañía que después de tres meses seguidos de trabajo no nos consignó la nómina y se perdió (el dueño)

La única razón por la que no prestaría es por hipócritas, por eso cuando viene a pedirme prestado antepongo la onomatopeya ¡JUM! y digo:

No tengo dinero, y vos sabes que si yo tuviera con gusto también te lo negaría. 

(Ah y lo de Bogotá es un hecho, me iré el 4 de noviembre a ver los Arctic Monkeys, Gracias a mis amigos quienes me prestaron el dinero para la boleta y tiquetes del avión)