Cuando fui a Pricesmart






(El bastardopeludo es un personaje de Santiago Cano, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia)

A nosotros los colombianos se nos nota lo tercermundistas por los poros, tanto que nos dan la visa y hacemos fiesta.

si tenemos algún amigo o familiar fuera del país alardeamos de eso en cada reunión social, inclusive conozco personas que llevan un año hablando de su último viaje.

También están los que hacen fila en la inauguración de un Starbucks o un Krispy Kreme, pero nadie le gana a los que lloraban y se tomaban selfies en la inauguración de The Cookie Jaar. El problema no es que pertenezcamos a un país subdesarrollado, el problema es que nos comportamos como tal.

Hace rato ya, fui a PriceSmart a sacar mi membresía (sí, porque los que nos sacamos selfies en Cookie Jaar también vamos a priceSmart) me costó $60.000 solo para poder ingresar al sitio y que me dieran la tarjeta con una foto toda pixelada.


Cuando en el D1 con $60.000 me hubiera podido comprar todo un mercado básico con nutemil incluida, sin dejar de lado la botella de vino de $10.500

También con $60.000 hubiera puesto una revuelteria en mi casa comprando ese valor en la vaquita, los miércoles de frutas y verduras.


Pero me fui a PriceSmart solo a dar lora como todo tercermundista que se respete. Porque la verdad no es práctico sacar una membresía cuando tú vives solo y allá todo lo venden en cantidades desmesuradas.

 Lo único que compré fue la mantequilla, unos quesos deliciosos y papel higiénico...¡Ah! Y una caja de pastas gigantes que después de 6 meses aún no se han acabado.

¡Feliz fin de Semana!



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