#FiebreMundialista




A mi el fútbol me gusta desde el punto de vista cándido, inocente, desde el cariño que uno tiene y que nace desde una pelota de carey, hasta la pecosa, el amor a las bonitas jugadas, desde el barrio, los amigos, los cotejos a plena luz del día, donde la recompensa era un bolis o Tanrico o los cotejos en el atardecer donde el ocaso prometía una victoria segura, el torneo de barrio donde recoger para el arbitraje siempre era un odisea, que el que haga el primer gol se quita la camisa, pico, monto, el jugador al gol, el último gol gana.

Recuerdo que cuando era pequeño, sentarme con mi abuelo a ver los partidos de la selección Colombia era todo un ritual, lleno de magia y alegría. El viejo (mi abuelo) el mismo que cuando yo jugaba fútbol me motivaba pagándome $1.000 por gol, me decía: "Cada vez que la selección Colombia pase más allá de la mitad de la cancha con el balón empuñe las manos con fuerza y verá que llega el gol" les juro que desde ese día y en cada partido de la tricolor empuñaba mis manos con fe, fuerza y pasión y tal cual como lo dijo mi abuelo comenzamos a escribir nuestra historia, comenzamos a ser la mejor selección de la historia, comenzamos Higuita, El Pibe, El Tino, El Tren Valencia, Coroncoro Peréa, Maturana y yo a tener un vinculo divino cada vez que yo empuñaba mis manos desde el primer minuto de juego.



Esa fue la selección que me conquistó, la que escribió los mejores momentos del fútbol profesional en Colombia, la que cambió la mentalidad de juego, la que me hacía sentir orgulloso de ella, la que ganó Copa América en 2001, la que un 5 a 0 frente a Argentina no le quedaba grande, les juro que yo sufrí, lloré, y grité con esa selección, no solo por sus resultados sino por la alegría con la que se les veía en la cancha, se gozaban todos los partidos y así el marcador no fuera favorable terminaban con una sonrisa en el rostro, una satisfacción de haberlo dado todo por la camiseta.

Desde que esa selección se desbarató y cambió la nomina, y comenzaron a llegar nuevas generaciones, dejé de empuñar las manos, comencé a observar que los intereses de los señores del fútbol eran otros, la calidad de juego cayó hasta tal punto que apenas ahora, nuevamente, volvimos a un mundial. Hoy en día no apoyo a la selección, solo hago presencia, yo me pongo la camiseta, pero no por alegría si no por el luto y respeto que le guardo a mi selección, la del 93.

Ahora todo es un show, Falcao se lesiona y #FuerzaTigre por todas partes, la verdad me da tanta rabia eso, el solo hecho de darle tanto énfasis a la lesión de Falcao es desconfiar del talento y capacidades de los demás miembros del equipo ¡Un equipo no es solo un jugador, idiotas! Ahora la gente se mata y se matan por un equipo, se desvelan por ver la inauguración, partido fijo, muerte segura.




Primer partido de la selección después de 16 años

Es imposible que a uno de un día para otro en una EPS te asignen una cita, debido al alto trafico de personas enfermas y más si la EPS a la cual uno está afiliado se llama Saludcoop, pero quise hacer el experimento, no solo por experimentar si no también porque tenía unas citas pendientes de rutina que no había podido conseguir, ni demandando a SuperSalud. El Viernes (Día antes de que la selección jugara) llamé y precisamente había cita para el sábado, toda la agenda antes de las 10:00 a.m. y después de las 2:00 p.m. ocupada, los únicos horarios disponibles eran en los que el partido se llevaría acabo.

Ese día me dieron cita de Odontología y Medicina general una detrás de la otra, eso dentro de un panorama normal es más que un milagro, es como si Dios me estuviera remunerando todos los milagros que tenía represados, representados en ese momento, es más yo creo que si hubiera tenido exámenes de oncología, radiografías, tags de tórax y cualquier otra cosa me hubieran dado cita de todo el mismo día, pero mentiras, todo era por que Jugaba Colombia contra Grecia (agencia de Modelos Europeos)

EL primer tiempo lo vi en la sala de espera con unos hinchas no muy animados. Acá está la foto del momento.



Finalmente el odontólogo me atendió y el médico general que no quería perderse el primer tiempo me hizo pasar y sin preguntarme que era lo que tenía me pesó, midió y tomó el diagnostico, el cual nunca supe, solo me dio una orden para que me evaluara el dermatólogo debido a la dermatitis que vio en mi cara.

Cuando llegué a mi casa, llamé para pedir la cita con el dermatólogo y lo primero que me dijo la niña del Call Center fue: "No tenemos agenda disponible"
Hoy, mientras termino de escribir esta entrada, me pregunto si tal vez llamando ya, que está jugando la tricolor, me digan que puedo ir en el segundo tiempo, que la agenda está libre.

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